
By Juan Carlos Cicalesi
Historia, Misiones, Operaci#243;n, T#cnica. Todo sobre el Douglas A-4 Skyhawk en l. a. Rep#250;blica Argentina.
Read or Download Coleccion Revista Alas Nº 4: A-4 Skyhawk PDF
Similar spanish books
- El viaje al amor (Anea Y Delfin)
- Calculo Diferencial e Integral – Tomo II
- Medicina Personalizada Posgenómica. Conceptos Prácticos Para Clínicos
- Genealogías críticas de la colonialidad en América Latina, África, Oriente
Extra resources for Coleccion Revista Alas Nº 4: A-4 Skyhawk
Example text
Así era él. El tío Escolástico dijo muy sobriamente, a requerimiento de la tía Obdulia, que los primitos siempre andaban jugando, pero si él les pedía que le ayudasen en alguna cosita, le ayudaban. La conversación se fue a los años posteriores de la vida de Leonel, de los que ellos tienen recuerdos más frescos. -Nos siguió visitando durante años -decía doña Obdulia. -Leonel nos quería -aclaró Vilma, hija de Obdulia y de Escolástico- él no era como esos primos que parece que no son familia; Leonel nos quería y por eso nos siguió visitando siempre.
Entré con doña Candidita en esa habitación, para que ella explicase al detalle lo del camarín de los santos, que ya había despertado mi atención, porque en esos días dormía yo ahí, junto a los santos. -Cuando Leonel era niño -dijo doña Candidita al franquear la entrada- dormía aquí con su abuelita. Él nunca tuvo cuna. Primero dormía en la misma cama de la abuelita, y grandecito tuvo su cama en el mismo cuarto. No siempre estuvieron los muebles como usted los ve ahora. El baño lo mandamos hacer cuando ya ocupábamos esta habitación mi marido y yo.
También, los juegos con los primos Rafael y Bayardo, que con ellos andaba siempre Leonel, y jugábamos juntos en el patio; el patio de las dos casas no estaba dividido como ahora, sino que era uno solo. Leonel y yo participábamos con los primos en los circos y veladas que hacíamos ahí, en los hoteles que montábamos; y en los pleitos, porque de pie nos vivíamos peleando como buenos hermanos. Éramos bochincheros. Aunque Leonel era dos años menor, como siempre el varón es un poco más fuerte, me pegaba empujones y pom, caía yo; pero allí venía yo, que siempre respondía aunque no pudiera.